El teniente de las Fuerzas Especiales de los Navy Seal, A.K. Waters (Bruce Willis) y su escuadrón de élite, son obligados a elegir entre el deber y la humanidad, entre seguir las órdenes ignorando el conflicto que los rodea, o encontrar el valor para seguir su criterio y proteger a un grupo de refugiados inocentes. Cuando el gobierno democrático de Nigeria es derrocado y el país cae en manos de un cruel dictador militar, Waters y su equipo son asignados a una misión de rutina para rescatar a la doctora Lena Kendricks (Monica Bellucci).
La doctora Kendricks, ciudadana estadounidense debido a su matrimonio, se dedica a atender a las víctimas de la guerra civil que se está produciendo, en una misión católica de un poblado lejano. Cuando llega Waters, la Dra. Kendricks se niega a marcharse a menos que él se comprometa a ayudar a trasladar a los lugareños a la frontera cercana, donde gozarán de asilo político. Si los abandonan, quedarán a merced del enorme ejército rebelde. Waters tiene órdenes estrictas de su oficial en jefe, el capitán Bill Rhodes (Tom Skerritt) de mantenerse al margen del conflicto. Pero cuando él y sus hombres comprueban la brutalidad de los rebeldes, acogen la causa de la doctora Kendricks y ponen sus propias vidas en peligro escoltando a los habitantes del poblado en una peligrosa marcha a través de la densa jungla hasta Camerún.
Durante la caminata hacia la frontera, mediante imágenes de satélite, los SEAL descubren que los rebeldes están de alguna manera siguiéndolos a pesar de que tratan de perderlos. A medida que tratan de escapar y evadir a los rebeldes, el equipo entra en un pueblo cuyos habitantes están siendo violados, torturados y masacrados por soldados rebeldes de otra unidad. Los SEALs, conscientes de tener la oportunidad de detenerlos entran en acción, Waters ordena al equipo a actuar y derrotar a los rebeldes. Los rudos SEALs están emocional mente afectados por las atrocidades que los rebeldes han cometido contra los indefensos aldeanos.
De nuevo en ruta, Slo (Nick Chinlund) determina que algún refugiado está transmitiendo una señal que permite a los rebeldes localizarlos. La búsqueda de la emisora revela la presencia de Arthur Azuka (Sammi Rotibi), hijo superviviente del depuesto presidente Samuel Azuka, con lo que se dan cuenta que es la razón por la que los rebeldes los están cazando. Samuel Azuka no era solo el presidente del país, sino también el rey de la tribu Igbo. Como el único miembro superviviente de esta línea de sangre real, Arthur es la única persona que queda con un reclamo legítimo al liderazgo de Nigeria. Los SEALs descubren que Gideon (Jimmy Jean-Louis), uno de los últimos refugiados que se les unió es la persona que está transmitiendo para los rebeldes, al ser desenmascarado Gideon trata de correr, pero es abatido por el disparó de Silk (Charles Ingram), el francotirador de la unidad. Waters está enojado con la Dra. Kendricks, porque ella sabía desde el principio acerca de Arthur, sin embargo, nunca le informó, ella le responde que no sabía si podía confiar en él.
El equipo SEAL decide continuar escoltando a los refugiados a Camerún, sin importar el costo. Un tiroteo se produce cuando los rebeldes finalmente alcanzan a los SEALs, que deciden quedarse en la retaguardia para dar tiempo a los refugiados para llegar a la frontera. Zee (Eamonn Walker) llama al portaaviones Harry S. Truman para pedir apoyo aéreo, dos aviones de combate F/A-18 Hornets despegan y se dirigen a la escaramuza armados con bombas incendiarias. Los rebeldes matan a Slo (Nick Chinlund), Flea (Chad Smith), Lake (Johnny Mesner) y a Silk. Waters, Red (Cole Hauser), Zee (Eamon Walker) y Doc (Paul Francis) están gravemente heridos, pero les proporcionan a los pilotos las coordenadas de donde atacar. Arthur y la Dra. Kendricks pelean en las puertas de la frontera de Camerún para que les permitan pasar cuando escuchan el sobre vuelo de los aviones y el posterior bombardeo sobre las fuerzas rebeldes.
Waters, Zee, Doc y Red se levantan de la hierba con la llegada de los helicópteros Seahawk de la Armada a territorio de Camerún. El capitán Rhodes llega y ordena a los guardias fronterizos que se abra la puerta, dejando entrar a los refugiados y a los maltrechos SEALs. El capitán Rhodes promete a Waters que va a recuperar los cuerpos de sus hombres. La Dra. Kendricks se despide de sus amigos y se va en el mismo helicóptero con Waters y el resto de los SEALs.
En la escena final se muestra a los refugiados reconociendo Arthur Azuka como jefe de la tribu y el portador de los sueños democráticos de su padre para Nigeria. Él levanta su brazo exclamando: "¡Libertad!" con todo el mundo celebrando a su alrededor.
Esta película se las recomiendo pues nos hace reflexionar el dejar de ser racista con las personas sin importar su color de piel, genero, creencias, sexo, entre otras cosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario